Leire Fernández Abete se alzó con la victoria en el Maratón de las Tucas 2025, una exigente prueba de 42 kilómetros y 2.500 metros de desnivel positivo que forma parte del prestigioso Gran Trail Trangoworld Aneto-Posets.
A las 8:00 de la mañana, los 911 corredores tomaron la salida desde la Avenida de los Tilos de Benasque, dispuestos a enfrentarse a un recorrido técnico y húmedo tras las lluvias nocturnas.
La ruta, que rodea las imponentes Tucas de Ixeia (2.840 m), atraviesa parajes emblemáticos del Pirineo como los ibones de Batisielles, la cascada de la Espigantosa o los pintorescos pueblos de Anciles y Cerler.
Con un tiempo de 5 horas, 38 minutos y 41 segundos, Leire Fernández se impuso con autoridad en la categoría femenina, aunque el récord de la prueba sigue en manos de Anna Comet (5:16:25).
Su triunfo, junto al de Pablo Bautista Rovira en categoría masculina, marca una edición histórica del Maratón de las Tucas, enmarcada dentro de un Gran Trail Aneto-Posets que ha batido registros de participación y emoción.
Inscríbete a nuestra newsletter y recibirás nuestra revista digital Sportvicious.
ENTREVISTA A LEIRE FERNÁNDEZ
¿Cómo viviste el Maratón de las Tucas desde dentro?
Lo viví con muchísima ilusión, como un reto muy personal. Sabía que 27 kilómetros los tenía dominados, pero los 42 ya era otra historia: tres horas más, más desnivel, terreno más técnico… la parte de arriba era más puñetera, tenías que ir leyendo mucho el terreno. Para mí fue como volver a cuando tenía 15 años y me planté en la Euskal Herriko Mendi Erronka en Leitza, mi primera ultra, que eran ocho horas. Allí tampoco estaba preparada, pero me hacía una ilusión tremenda. Y aquí igual: sabía que se me iba a hacer largo, pero fui avanzando paso a paso, esfuerzo tras esfuerzo, sin perder esa motivación de fondo.
¿Qué parte del recorrido se te hizo más dura?
Sin ninguna duda, la parte final. Vamos, que ya lo sabía antes de empezar (risas). Pero también fue la más épica. La zona intermedia, por Ibones de Batisielles, fue la más bonita. Todo de roca, muy técnica, tenías que leer bien las marcas del GR. A mí eso me encanta, me entretiene. Fue dura, sí, pero también me lo pasé en grande ahí arriba.
¿Tenías marcado un objetivo de tiempo o te dejaste guiar por sensaciones?
No tenía ningún tiempo fijado, fui todo el rato por sensaciones. Y eso fue lo bonito, porque nunca me había pasado. Durante la carrera me preguntaban: “Oye, Leire, ¿en qué tiempo vas a hacerla?” y yo pensaba: “¡Ni p… idea!”. Yo estoy en una etapa de disfrutar, de acumular kilómetros, de conocerme más. Quiero seguir compitiendo, pero sobre todo sintiéndome bien conmigo misma.
¿Qué factores crees que fueron clave para tu victoria?
¡Estrategia, sí, pero sobre todo constancia! En este tipo de carreras, cuanto menos le das vueltas a la cabeza, mejor. Es seguir, seguir, seguir… no parar, no caerte, beber un poco más, correr un poco más, apretar un poco más en la subida, lanzarte un poco más en la bajada. Sufrir un poco más… todo suma. Se trata de dar ese “poquito más” en cada tramo. Eso fue la clave.
¿Cómo te has recuperado tras la competición?
Pues muy bien, como suelo hacer. Tengo ya muy interiorizados mis baños en el mar, mis paseítos, cuidar el ritmo circadiano, comer bien… Más que una dieta antiinflamatoria, llevo un estilo de vida antiinflamatorio. Aunque eso sí, me pegué un buen castañazo bajando al principio: había que leer las piedras y arriesgué… y me di de lleno con una roca en el muslo. Y aún quedaban 2.000 metros de desnivel negativo… ¡imagina! Pero bueno, la pierna aguantó. Ahora a seguir con lo que toca, ¡y a por la siguiente!
¿Qué significa para ti ganar en una prueba tan prestigiosa como esta?
Para mí ha sido superar un reto muy personal. El puesto depende de muchas cosas, como quién se presenta, pero lo importante es que lo que he hecho, lo he hecho yo. Lo he sacado adelante y eso me llena. Es un pasito más, un aprendizaje más. Me quedo con las vivencias, con lo que sentí. Esta carrera me ha marcado, sobre todo los últimos kilómetros. No los voy a olvidar jamás. Me ha dejado una huella en el alma… y una cicatriz en el cuádriceps (risas). Y eso ya me lo llevo para siempre. Las sensaciones vividas, esas no se olvidan.
¿Te ves intentando batir el récord femenino en futuras ediciones?
De momento no pienso en récords. Ya llegará ese momento si tiene que llegar. Ahora mi récord es otro: intentar superarme a mí misma (risas). Poco a poco iré a más, entrenando mejor, conociéndome mejor, construyéndome desde dentro. Tiempo al tiempo.
Fotografía de Rafael Cored / Gran Trail Aneto-Posets